miércoles, 6 de marzo de 2013

Obituario

Muchos años han pasado y la memoria e integridad física de esta bella criatura que se encuentra aquí bajo nuestros pies se encuentran perfectamente inalterados bajo la luz de la melosa luz de la luna. Algo tan simple como eso no alcanza para describirlo con toda la profundidad necesaria, aunque alcanza para que las personas que llegan al abrir las puertas fuera de horario entiendan.
Un señor en el medio del tumulto prende un cigarrillo (probablemente un Dunhill) de una forma tan suelta y despreocupada que produce exaltación en el resto del grupo. Entre los que se encuentran más alterados por este motivo son dos personas, una situada lo más lejos de la otra posible.
Por un lado tenemos un viejo de unos ochenta y cinco años aproximadamente, de mediana estatura, malhumorado y de ojos turquesa. Por el otro tenemos a una jovencita de ojos jade, alegre, algo bajita, de unos veinte a veinticinco años.
Podríamos decir que nuestro fumador se encuentra en su perfecto medio, los tres formando una línea recta. Justo delante de nuestra protagonista, inalterada, como habíamos dicho.
Todo esto se lleva a cabo en una sala que data del siglo diecinueve -según cuentan los hábil historiadores- al unísono con un delicioso silencio, aún no irrespetuoso, pero intuitivo.
La gente se mira entre sí, sobre todo nuestros tres títeres perfectamente alineados, junto con sus respectivas cualidades, mientras un aura de sospecha comienza a hacerse cargo de todo el aposento.
Miradas de reojo, mordidas de labios, estafas, colillas de cigarrillos muertos con el frío paso del tiempo, todo tipo de cosas inquietantes ahoga el viento que corre por esos grandes ventanales que reflejan un día adorable con tormentas aterradoras en el fondo, acercándose cada vez más rápido hacia donde se encuentra el lugar.
Vayamos al grano. Nuestra muchacha mirando hacia el cielo raso no corre con la culpa de nadie, ni nadie corre con su culpa. Es todo obra de un tercero al que no se lo ve aquí presente. Mira hacia el cielo raso constantemente con esos ojos cerrados hace ya mucho tiempo. Sabe que no los va a necesitar más. A fin de cuentas ¿para qué?, no sería necesario dada la circunstancia. Fue cuando entonces las puertas del fondo se cerraron abruptamente. La gente comienza a desesperarse tratando de abrirla, sobretodo un señor de unos cuarenta años, sin afeitar y con el pelo corto recién cortado vistiendo un descuidado traje de vestir.
Uno por uno iba cerrando la boca mientras nuestra pequeña protagonista camina nuevamente descalza por los mosaicos de marfil con los que estaba construido el piso del establecimiento. Así, es. Había despertado, como por arte de magia, lo que provocó que se le caiga el cigarrillo a nuestro amigo, rompiendo la alineación que tenía con la jovencita y el malhumorado de la tercera edad.
Aquí es donde lógicamente encuadraría una descripción lógica de lo que está pasando, pero no es el caso. La gente entró pensando una cosa y ahora está tratando de salir pensando otra cosa completamente diferente.
-¿Qué os pasa?- replico la niña.
La gente se hizo un paso atrás al escuchar su diminuta voz al ser amplificada por el efecto acústico.
-¿Cómo es que habéis despertado?- contestó el señor del cigarrillo.
-Es fácil cuando uno tiene un sueño liviano y forzoso-
-¿Acaso tenéis pensado dejarnos salir en algún momento?, ¿o nos vas a dejar aquí toda la tarde?
-Sólo lo necesario- respondió mientras sonreía levemente.
A todo esto, el malhumor del viejo parecía difuminarse mientras se acercaba a ella.
-¿Eres en verdad tú? ¿Has estado aquí todo este tiempo?
-Por supuesto-, respondió la niña, -¿A dónde más podía ir?
El viejo se apresuró y abrazó a la niña. Lo hizo tanto como pudo. Tanto como sus viejos tendones le permitieron hacerlo, mientras la gente se retiraba del lugar (incluyendo al hombre sin afeitar y a la jovencita mencionada anteriormente) hasta el punto en el que solo quedan el tipo del cigarrillo, ella y el viejo.
La pequeña, cubierta en mantas blancas que parecían manteles utilizados en la época del renacimiento debajo de una chaqueta de tela fina, caminó hacia el centro de la sala.
-Hermanos, nos encontramos aquí reunidos-
-Para ejercitar nuestros errores cometidos anteriormente-, cantó el viejo.
-Para afilar los detalles que más importan-, añadió el tipo del cigarrillo.
Los tres se miraron unos a los otros, sonriendo, por un largo rato. La tormenta había llegado al fin, dejando ver a la gente apresurarse por la calle, tratando de huir de ella con esos novedosos instrumentos (paraguas, creo que les dicen) como si no hubiera un mañana. Como si el humor del día dependiera de ello, aquello, todo, lo que se arruina con el agua. Siempre hay algo que se arruina con el agua.
Como sea, nuestros personajes se transportan sin problema alguno a un departamento situado en el centro de la ciudad, desde dónde se llega a ver todo. El río, el bosque, las montañas, y al norte, el afamado Downtown.
-¿Quieren un poco de café?-
-Nos encantaría-
La muchachita se dirigió a la cocina alegremente, mientras el viejo y el señor se miran de reojo.
-Hoy va a ser un gran día-
-Lo sé. Vamos-.

Compuesto a la música de Banco del Mutuo Soccorso,
 Banco del Mutuo Soccorso, 1972.

sábado, 6 de octubre de 2012

Era hora de volver a la plantilla simple.

Debo estar en mi etapa de entradas minimalistas.

ha-ha
el tomate siempre va con el queso

ah perdón me confundí con twitter

martes, 2 de octubre de 2012

nota mental

no calcules con precisión a sangre fría, no tiene sentido.

todo se mide con el esfuerzo, la voluntad de uno

punto final

jueves, 16 de agosto de 2012

sin comentarios

sin comentarios.

domingo, 25 de marzo de 2012

psí stem

Es triste que tu presencia permanezca oculta entre la niebla como si estuvieras espiando la mente de tus víctimas constantemente. Ya no divisás lo que solías identificar como propio, como ajeno. Ahora no ves, no creés porque todo es tuyo, todo lo poseés.
Y a tu semejanza nacen seres horribles, estupefactos, que crían una pestilente ira contra las masas homónimas a su progenitor incurable.
Vos que todo sabés, que todo ves y sentís, quiero preguntarte tantas cosas que si tuviera que escribirlas no habría tinta que me alcance, no habría papel que por bien me venga.
Resumiendo, quiero que sepas que deprecio profundamente tus efectos y admiro tus métodos.

Tu ser, el ser de los demás, el lugar de ambos en el mundo. Ahora es todo la misma cosa.

Como un par de ojos que miran de reojo lentamente, grandes y relucientes, mezclados en una niebla demoníaca con un suave tinte rojo que se aleja hacia la oscuridad fría y atemorizante. Se tornan rápidos, furiosos. Protestan, están inquietos porque algo los incomoda. ¿Instinto?, perciben cosas. Lo perciben todo, pueden ver a través de las intenciones puras, las emociones que no tienen mentiras en el frente de batalla. Trescientos sesenta grados, no hay puntos ciegos, no hay nada que falte ya que está todo ahí.
Debajo les falta la sonrisa que lo define todo una vez ambos ojos encuentran un objetivo en común llamado interés, con el cual se sincronizan desorientados mirando para todos lados al unísono.

viernes, 23 de marzo de 2012

Jaco

Hoy vi una serie de videos de Jaco Pastorius, los cuales supuestamente son una "entrevista". Lo pongo entre comillas porque apenas podían mantenerlo quieto, concentrado en las pocas preguntas que tenía aquél hombre tratando bajar el volumen del equipo de música para poder entablar conversación.
Pobre tipo. Prácticamente estaba loco antes de empezar con el alcohol.

Según wikipedia, el sujeto que lo mató cumplió cuatro meses de los cinco años que le dieron. Para mi ni siquiera tendría que haber ido a prisión. Tendrían que haberlo internado en un instituto de música y de ahí a remplazar a Jaco en Weather Report o a interpretar sus discos como solista. Para devolverle un poco al mundo la música que le sacó en primer lugar.

Pobre tipo.

domingo, 11 de marzo de 2012

¿qué soy?

¿le estoy hablando al viento?

me cuesta verme, el horizonte se nubla y la resonancia se rompe cristalina, amarga


¿qué soy?

pax

Mire por la ventana. Tiene que lograr que cualquier tipo de criatura plumífera se pose sobre el marco, uno que puede estar hecho de cualquier material. Si su imaginación funciona de la manera apropiada, eventualmente un ave se posará en el sitio que usted desee.
Si se demuestra lo contrario, recurra a barrer la mirada suavemente en el sentido opuesto a donde se halla la ventana. Esto puede ocasionar un cambio drástico en el ambiente escurridizo que es necesario que se genere para lograr nuestros objetivos. En caso de que algo se interponga entre nuestra mirada, trate de no interactuar con él/ella/eso, debido a que el contacto con otro tipo de ente material puede causar severas consecuencias. El método está corroborado.

Una mirada fría, quieta y que carcome cualquiera que la detecta ocurre finalmente. La gente del bar opta por dejar el establecimiento. La temperatura es baja y el sol brilla con semejante claridad. Todos cubiertos con abrigos relucientes de piel sintética. Una piel seductora con pequeños cúmulos de hilos deshaciéndose a medida que van avanzando lentamente.

Algo verdaderamente hermoso.

martes, 6 de marzo de 2012

Andrómeda


El universo. Un océano gigante de estrellas y extrañas formaciones cuyos nombres varían bajo la más mínima consecuencia. Una hebra más a la derecha o a la izquierda implica un cambio de magnitudes inimaginables a distancias monstruosas, lejos, extremadamente lejos, donde la mente del humano llega en niveles especulativos. 
Caminos llenos de gases intrínsecos luminosos, portadores del polvo de diamante que dejan los asteroides al pasar, dejando un boceto al ser atraídos por la gravedad de cualquier otra masa distante. Se cree que el espacio tan infinito que contemplamos ahora continúa en expansión, debido a el color violeta de las galaxias. Con este dato explican que se alejan de nosotros, van sin parar hasta ser detenidas por algo.
Se divisan estrellas dentro de todo cercanas a nuestro planeta y se la usan para dibujar. Crear diferentes figuras mitológicas y divinas, llenas de historias y aventuras de todo tipo y color, pero con esto se desacredita severamente a las estrellas como entes individuales. O peor, ¡podría causar problemas entre ellas!, Hydor (λ Aquarii, de la constelación de Acuario), podría competir con RW Cygni (supergigante de la constelación de Cygnus) para ver quién brilla con mayor magnitud, seguramente privadas de contacto alguno con el resto del firmamento. 
Blanco e imponente el cielo se retuerce y al cabo de unos minutos las primeras gotas, como estacas esculpidas en piedra preciosa, comienzan a caer. Chocan contra el suelo y se desarman rápidamente. Es muy probable que allá arriba suceda de la misma forma. Al colisionar dos estrellas, una tempestad inédita de pequeñas porciones de estas que modifican todo a su al rededor, haciéndolo todo más hermoso de lo que ya es. Los colores que se ven son pocos, no obstante tienen una proporción tan apropiada que satisfacen como si el cielo entero estuviese pintado de ellos, y mis manos, mis manos que anhelan tocar y presenciar todos estos acontecimientos, poder sentir nubes que no estén hechas de vapor de agua, son las que se quedan en la firme tierra protegida por la capa de ozono, en las entrañas de nuestra galaxia. Una galaxia solitaria, vagando en una corriente que no tiene ni principio ni fin, tratando de hallar la forma de entrelazar sus brazos con Andromeda, su hermana gemela.
Cuan a menudo ocurre que las diferencias entre las formaciones estelares convergen entre sí, causando terremotos silenciosos que padecen de un terror agudo y externo a todo planeta, a todo ser. Ya nadie podrá conseguir llegar hasta donde quiera que esté aquel lujoso satélite que lanzaron allá por los años 70, cuya misión era explorar el espacio en busca de información de carácter vital para ciertas personas que acostumbrar vestir con un delantal grueso y blanco, lleno de arrugas y de manchas de café mal derramado sobre la superficie posterior de sus respectivas piernas/ante-piernas. De renombrado doctorado y con buena reputación, el científico (estereotipado pasando los 60 años) se inclina de unos veinticinco a unos treinta grados para posicionar su ojo derecho sobre el diminuto lente conducto de superposicionadas placas circulares de diferente radio y grosor que tienen las facultades necesarias para refractar la luz de tal manera y magnificarla captando imágenes que en este momento determinan hasta donde llega el tan afamado Universo, para poder presenciar y con suerte especular hasta donde puede llegar la imaginación del hombre. Cuantos tipos de medidas será necesario de su invención para poder investigar, para poder abastecer la sed de conocimiento que tiene nuestra raza de seres vivientes. ¿Acaso tendrá un sin fin de posibilidades? ¿o estaremos dando vueltas en círculos sin darnos cuenta?.
Ya nadie podrá conseguir llegar hasta allá, tan lejos de nosotros mismos. Tan lejos de todo. El hombre que previamente uso maquinaria gigante de ultima tecnología levanta la cabeza disgustado, mirando al cielo alejado prefiere a unos simples binoculares que compadezcan su tamaño. Una leve sonrisa se inclina sobre su rostro.