jueves, 2 de junio de 2011

Rene Daumal

"¿Qué es un agujero?" , preguntaba (hace veinte años) un clown a su compadre en la pista de Medrano. Luego, al haber comprometido al otro, se apresuraba para ganarle de mano: "Un agujero, decía, es una ausencia rodeada de presencias". Éste es para mi el ejemplo de la definición perfecta y lo voy a tomar para precisar mi objeto. Un fantasma es, en efecto, un agujero; pero un agujero al que se le atribuyen intenciones, una sensibilidad, costumbres; un agujero, es decir, una ausencia de alguien, no de algo, rodeado de presencias, de presencias de alguien o de algunos.
Un fantasma es una ausencia rodeada de presentes. Y como es la sustancia que rodea esta presencia, así, cuando atribuimos intenciones, costumbres y una sensibilidad a un fantasma, estos atributos no residen en lo ausente, sino en el presente que rodea al fantasma.