23:39 de la noche del Martes 10. Empiezo las clases mañana y mis ganas de detonar el colegio y el congreso son muy profundas. Mi mente es demasiado macabra, me quedo imaginando mucho tiempo las catástrofes que podría cometer.
Como el colegio queda hecho polvo de un minuto para el otro, la gente corriendo asustada, los bomberos apagando el fuego y rescatando gente atrapada entre los escombros. También como cae el congreso en cuestión de segundos, el cual terminaría con la vida de muchos diputados innecesarios, aunque creo que no cambiaría mucho este país.
Qué lindo ver como renuevan la máquina de hacer café de la sala de profesores todos los años, mientras nos calcinamos de calor adentro de las aulas, ya que los ventiladores están practicamente jubilados. Me gustaría mandarle una carta a todas las personas hipócritas e individualistas del planeta que diga mirá para arriba y tené cuidado, algún día se te puede caer el techo.. y ojalá que le pase a alguien alguna vez.
Hay tantas cosas buenas y malas que ya nadie sabe cual es la línea que limita entre estas. No sé, últimamente veo que la gente está alterada, como la infinidad de personas que putea al colectivero, por como maneja y donde para (10 metros adelante de la parada) o con la furia con la que te miran cuando vas por la calle. Piensan que todo el mundo roba, que todos fuman y se drogan, y que todos nos vamos a matar algún día.
Qué sé yo, como dice Alan, la gente está re loca, o a veces nos volvemos locos nosotros, jajajaja
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