domingo, 26 de octubre de 2008

Daría mis ojos, a quellos que no pueden ver
Daría mi lengua, a aquellos que no pueden hablar
Daría mi sangre y mi cuerpo, a aquellos que no se pueden mover
Daría mi corazón, a aquellos que no pueden amar
Y aún así, mi espiritu no dejará nunca de palpitar
Esa extraña energía color fuego azul radiante
Que con mente propia siempre obliga a levantarme
Es la que ahora desborda desde la punta de mi cuerpo
Contagiando a todo aquel que esté parado al lado

Anhelo, deseo, con puño de hierro
Un mundo que no sea paralelo
Donde no exista ni la política ni la democracia
Donde la vida sea equivalente a la muerte, donde la madre naturaleza reine verdaderamente.

2 comentarios:

Franco dijo...

Yo anhelo cosas tan pequeñas... Ni son cosas.
Yo anhelo hechos.
Las pequeñas cosas que quiero no son nada, sin embargo, no las tengo. Justo esas no. Debe ser que así tiene que ser. Si no tal vez sería aburrido, ¿no?
No sé, pero es una mierda pensar en tener tantas cosas, y algo que quiero no. Tal vez sea una postura medio desconformista la mia; puedo tener todo y quiero más, y más, y siempre me encapricho en lo que no tengo, pero bueno, habrá que hacerle caso al dicho "nada por perder y todo por ganar" y seguir adelante, supongo.

Yo daría mis ojos, mi lengua y mi corazón por tener esas cosas que anhelo. Pero ojo, que no se los daría a cualquiera; se los daría a la persona anhelada.

Franco dijo...

Me gusta el dibujo del título.