viernes, 29 de agosto de 2008

Inútilmente tirado, mientras apenas sostenía los débiles pensamientos en su cabeza. Con vestimenta negra y una imagen que daba miedo en su rostro, logró levantarse para ver que todo estaba apagado y oscuro. Las ventanas estaban sucias, pero alcanzaba para ver que el día estaba completamente nublado.
Tambaleándose se dirige hacia una pequeña mesa, dónde tenían lugar unas llaves. Las toma, y mientras sale siente un dolor en su pecho (una pequeña molestia) se decide a caminar por la jungla de cemento.
El cielo estaba completamente cubierto de nubes grisáceas que transmitían un claro mensaje de caos y desorden, las ventanas de todos los edificios estaban cerradas, y no había absolutamente nadie. Ante toda esta situación, el dolor crece ligeramente, pero no sobrepasa los parámetros normales.
Sosteniendo esos pensamientos débiles, indescriptibles, escalofriantes y melancólicos, se detuvo para ver a un chico pequeño, sentado en la esquina. Daba mucha lástima y una notoria sensación de intriga. Éste, comienza a toser y a escupir una sustancia media rara y que por su aspecto parecía ser bastante espesa, y al cabo de un rato, cierra los ojos y se queda totalmente quieto. En milésimas de segundo, un ave con plumas negras se posa sobre la cabeza del niño y mientras lo picotea con mucho énfasis, una extraña neblina comienza a cubrir el piso, de manera creciente, hasta anular cualquier posibilidad de poder ver.
A partir de ese momento, el dolor crece a una situación alarmante, y para cuando la neblina había desaparecido, el niño con el ave en la cabeza, también.
Esos pensamientos alocados que solo él podía entender, comienzan a desvanecerse a causa del dolor. Desesperado, comienza a correr hacia atrás, regresando por donde vino.
Llegándose otra vez a la casa, busca un lugar donde apoyarse, pero lamentablemente una de sus piernas comienza a perder movilidad. Y mientras queda agarrado sigilosamente de la pata de una silla, una figura que todavía no encuentro la forma de describir le agarra la cara, mientras todo comienza a ponerse húmedo y pesado, hasta que un entumecedor frío asfixiante le cierra los ojos por la fuerza.

Live if you can, honey

No hay comentarios: