Te quiero, te amo, te adoro, te lloro, y todo lo que oigo de tu parte me sirve de consuelo, para tapar desesperadamente el vacío que me deja los labios fríos, insensibles, incapaces de sentir amor, miserables de ver lo que soy yo.
Miro mi pasado, sin mirar para donde voy, me choco con todo, incluso con mi yo interior, quien siempre me dice las cosas en el sentido contrario a como realmente son, para confundirme y hacerme sentir peor.
Sólo soy quien soy, un pobre peón, mirando un punto fijo que nunca en la vida se va a mover, ni nadie nunca va a ir hacia el. Pero (pero) también, tu sonrisa es un motivo de distracción, una distracción general, que me saca la materia gris e incolora y me rellena de un algodón suave de color, con el cual veo la música y escucho los colores gritar en armonía. Solamente me faltás vos, con tu equilibrio pacífico y centellante, encerrados en la inmesidad de tus ojos, como dos galaxias repletas de estrellas de colores todavía no descubiertos, puros y relajantes, que me susurran la más tierna de las melodías, al mismo tiempo que el la luz del sol y tu aura desvanecen mis profundas heridas.
1 comentario:
qué lindo
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