Ange

(Parte cuarta)
Obligado a rendirme de una forma tan vulnerable, veo los ángeles caer del cielo, con un tono grisaceo que indica tal sufrimiento como aquellos días caminando por las ruinas de lo que antes pudo haber sido un imperio de gente inmortal. No siento mis extremidades, no siento calor ni frio, solamente un gran vacío que debora mi cuerpo y mi mente, en un estado de alteración que jamás habría inmaginado.
Cuando pensé que ya todo había terminado, que mi vida era succionada por un complejo sistema de tuberías llenas de criaturas inmundas que sólo se dedican a comerse entre sí.. mi cuerpo y mente toman coherencia una última vez para advertirme de algo. Eramos dos personas: por un lado mi estatus físico y psicológico materializados en una segunda persona, y por el otro lado estaba mi conciente espiritual, al tanto de todo lo que mis ojos lograban interpretar. Tienen que transmitirme un mensaje, pero no tienen como, a tal punto de que recurren a graficarmelo. Entonces comienzan a girar a mi al rededor miles de manchas de todos colores, hasta que se forma una clara imágen en pigmentos fríos. Era un hermoso paisaje de anochecer.. un lago y a lo lejos, hermosas montañas. De cerca había un árbol con inmensas ramas, y en una de ellas un chico sentado tocando la flauta.
Quedose impresionado seguramente todo aquel que viese esta obra de desconocido autor, que nunca jamás olvidaré.

- ¡Despierta, despierta!, ¿puedes verme?, parece que has estado inconciente después de que las estrellas y cometas que normalmente pasan por aquí siguieron su rumbo